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Estrés vacacional


Esperamos con ansia el periodo vacacional. Depositamos en esas vacaciones unas expectativas muy altas, queremos que sean el momento reparador que nos va a alejar de nuestro trabajo y nos va a dar tranquilidad.

La realidad nos dice que durante las vacaciones, no siempre se obtiene esa tranquilidad reparadora y esa no consecución de lo que esperamos, unido a otros factores es una fuente de estrés que no permite que disfrutemos las vacaciones como deberíamos, y hace que volvamos al trabajo y las rutinas, con la sensación de no haber desconectado.

CAUSAS:

1.-SALIR POR OBLIGACIÓN: No queremos ser bichos raros, y a veces en vacaciones hacemos lo que suele hacerse normalmente aunque no sea lo que más nos apetece. Hay que salir, viajar, ir a la playa, montaña, hoteles, casa rurales. Puede ser que nos apetezca más quedarnos en casa o hacer otro tipo de planes menos convencionales en vacaciones. Hacer lo que uno no quiere produce gran malestar.

2.-PERDIDA DE RUTINAS: El día a día, donde tenemos nuestras actividades programadas y ajustadas a un horario nos da seguridad, sabemos lo que hay que hacer. En vacaciones hay que improvisar y eso puede provocar cierto estrés y ansiedad. De repente aparece una sensación incómoda de vacío al no saber cómo emplear todo ese tiempo que antes estaba perfectamente organizado.

3.-APROVECHAMIENTO EXCESIVO: El tiempo de trabajo no nos deja mucho tiempo para hacer las cosas que deseamos y cuando cogemos las vacaciones hay quien quiere hacerlo todo y somete su tiempo de vacaciones a un plan muy forzado de visitas y actividades que no le permiten relajarse.

4.-LLEVARSE EL TRABAJO: Para algunas personas es muy difícil la desconexión laboral, se llevan trabajo pendiente, tienen su teléfono abierto permanentemente y eso no les deja romper con las preocupaciones habituales.

5.-AUMENTA EL TIEMPO EN FAMILIA: Mucha gente pasa de pasar unas pocas horas al día o a la semana con su pareja e hijos a convivir 24 horas, con lo que eso supone. Esto evidencia los desacuerdos y eleva el número de conflictos familiares, sobre todo con la pareja e hijos adolescentes y eso es fuente de estrés. Un tercio de las parejas se separan después de vacaciones y eso no es casual.

CONSEJOS PREVENTIVOS:

- No te sientas obligado a salir de vacaciones, es sólo una opción personal, por mucho que los medios de comunicación quieran vendernos, uno puede elegir quedarse en casa, o hacer discretas salidas al campo o a conocer ciudades cercanas relajadamente o cualquier plan que uno elija libremente.

- En vacaciones hay imprevistos, si tenemos una organización muy rígida no dejaremos espacio para ellos. Lo ideal es marcarse objetivos realistas y no demasiado exigentes.

- Estar en casa unos días antes y después si vas a hacer un viaje ayuda a la adaptación que supone el cambio de rutinas.

- Cuida la comunicación con los tuyos, el exceso de convivencia pide pasar por alto aquellas cosas que aunque no sean lo que nos gustaría, no son tan importantes. Comunícate siempre con respeto. Mira esta época como una oportunidad de fortalecer tus relaciones familiares.

- En la medida de lo posible, dedicar algún día a no estar pendientes del reloj ni de horarios rígidos, dejarse llevar por el propio ritmo del día haciendo lo que nos apetece en cada momento.

- Limitar al máximo el uso de móviles u otros dispositivos que nos mantienen conectados a nuestras rutinas. Servirá para darnos cuenta de en qué medida podemos vivir sin ello.

- Antes de coger las vacaciones hacer el ejercicio de delegar las funciones laborales en otras personas, de este modo no sentiremos que debemos estar conectados.

Todo esto ayudará a disfrutar más de las vacaciones y a que la vuelta a la rutina y el trabajo no tenga consecuencias devastadoras, minimizando el síndrome postvacacional y el deterioro de las relaciones familiares. Asegúrate que tus vacaciones sean lo que realmente quieres que sean y vayas donde vayas, o no vayas, disfruta tus vacaciones. #eidem

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