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VIVIR EN EL PASADO, PRESENTE O FUTURO


Debido a los tiempos que estamos viviendo, desde Eidem creemos en la importancia de tener la capacidad de relajarnos adecuadamente en situaciones que consideramos ansiógenas. Para ello, os traemos 5 estrategias para conseguirlo y evitar vivir o en el pasado o en el futuro.


¿Qué pasa cuando vivimos en el pasado?

Que vivimos en el dolor de aquél entonces y eso no nos permite disfrutar de los aspectos positivos de nuestro presente. Vivir anclados al pasado en múltiples ocasiones parece lo más natural del mundo, y en efecto en muchos momentos de nuestras vidas vivimos de ese modo y aceptamos encontrarnos así.


Pero ¿es realmente adaptativo vivir de ese modo?

Los primeros pasos para conseguir salir de ese pasado traumático son comenzar a ser conscientes de nuestro presente, del famoso “aquí y ahora”.


¿Y cuando vivimos en el futuro?

Por otro lado, cuando vivimos en el futuro vivimos con un estado de alerta constante, puesto que estamos anticipando hechos que, en la mayor parte de las ocasiones, no tenemos evidencias objetivas de que vayan a ocurrir. En estos casos es el pasado el que influye en la anticipación de estos hechos puesto que nuestro propio aprendizaje nos indica que algo malo viene después. El futuro va de la mano de la incertidumbre y saber llevarnos bien con ella nos permite aceptar el futuro como venga y no como nosotros prevemos que va a venir.


Entonces, ¿cómo podemos evitar vivir en el pasado y en el futuro?

Pon en práctica los siguientes ejercicios que te recomendamos que te permitirán anclarte a tu presente y disfrutar del mismo:


1. Respiración diafragmática profunda. El principal objetivo de la respiración diafragmática es reducir nuestra activación fisiológica a través del control de nuestra propia respiración. Consiste en inspirar el aire por la nariz y llevarlo hasta la zona inferior de los pulmones y, una vez que sintamos que están llenos, llenar la parte superior de los mismos. Para expulsar el aire, lo haremos por la nariz vaciando primero la parte inferior de los pulmones poco a poco hasta llegar a la parte del pecho. Ayúdate visualizando que es como una ola (sube la ola y se llenan los pulmones y baja la ola y rompe y se vacían tus pulmones) o como si fuese un globo (a medida que cogemos el aire el globito se infla y según expulsamos el aire va vaciándose hasta quedarse sin aire).


2. Grounding. El objetivo es anclarnos al presente, dejar el pasado atrás y permitir que el futuro venga como tenga que venir, sin preocupaciones excesivas ni pensamientos anticipatorios. Consiste en concentrarnos en el peso de nuestro cuerpo y cómo ese peso provoca el contacto con el suelo. El peso de los pies, de las piernas, de nuestro tronco, de nuestros hombros… Con todo ello, el siguiente paso es imaginar como si nuestros pies fuesen nuestras raíces y se anclasen al suelo, tomando así conciencia de dónde estamos y de esa sensación que surge del contacto.


3. Relajación muscular progresiva. El objetivo de esta técnica es relajar a nivel muscular todo nuestro cuerpo tensando y relajando los grupos musculares. Se trata de una relajación guiada de la cual hemos hablado a lo largo del confinamiento como estrategia para reducir nuestra activación fisiológica. Al tensar y relajar los músculos conseguimos un estado de relajación en los mismos que nos permite concentrarnos en esas sensaciones agradables que surgen derivadas de ello y, por tanto, que nuestra mente se vacíe de pensamientos negativos y recurrentes que puedan aparecer.


4. Sensaciones agradables. El objetivo de este ejercicio es volver a conectar con nuestro presente a través de sensaciones agradables. Este ejercicio podemos enriquecerlo todo lo que queramos puesto que vamos a poder recurrir a nuestros sentidos. Acariciar a nuestra mascota, una tela suave, un cojín blando, etc.; oler comida agradable, olores como lavanda, jazmín, etc.; ver imágenes agradables que nos transmitan sensaciones positivas tales como nuestra mascota, flores, etc. Una vez que lo hagamos, permitirnos conectar con esas sensaciones agradables que aparecen y permitir que recorran todo nuestro cuerpo.


5. Recuerdo agradable. El objetivo de esta técnica es poder recurrir a un momento de nuestra vida o a una sensación concreta para encontrarnos mejor. En situaciones en las que sintamos que se nos va de nuestro control y que estamos viviendo en ese pasado negativo o en el futuro incierto, podemos recurrir a sensaciones conocidas atrayendo un recuerdo concreto a nuestra mente. Una vez que tengamos el recuerdo seleccionado, esa sensación agradable que nos produce, pondremos nuestra mano en el pecho sintiendo que la mano recoge esa sensación cálida y la extiende por el resto del cuerpo, tanto la emoción positiva como la sensación agradable que nos inunda. Una vez que hayamos realizado esto, trataremos de ponerle un nombre o un par de palabras que definan ese momento, por ejemplo “paz”, “armonía”, “unión”, etc. Repetiremos varias veces el mismo proceso mientas que nos repetimos esa palabra al mismo tiempo que evocamos esas sensaciones positivas. El resultado será conectar con esas sensaciones agradables al pensar en esas palabras.


Todas estas técnicas son herramientas que sirven para permitirnos volver al presente y disfrutar de nuestro día a día sin que esté teñido con la oscuridad del pasado o del futuro incierto. En muchas ocasiones con esto es suficiente,. Pero en otros casos es necesario trabajar los pensamientos que nos surgen y las inseguridades que los provocan. Si tu caso es este segundo, te animamos a que nos contactes. En Eidem te podamos ayudar de la mejor manera posible.

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