La mentira es algo más frecuente de lo que pensamos y lejos de disminuir, dicen los expertos que forman parte de nuestro comportamiento diario en más ocasiones de las que nos podamos imaginar.
Nos podríamos preguntar por qué las personas mentimos.
En ocasiones mentimos a otros y en ocasiones nos mentimos a nosotros mismos.
Existen varias respuestas a esta pregunta. Podemos mentir para protegernos o también hay personas que mienten por costumbre. Algunos también pueden mentir para caer bien o para impresionar a los demás. Otros lo hacen porque creen que sacaran algún beneficio a cambio.
La mentira puede estar relacionada con la inseguridad y con la baja autoestima, temas por cierto bastante recurrentes en las consultas psicológicas. También puede estar relacionada con la manipulación y el engaño. Se utiliza también como un mecanismo de defensa ante ese mundo que entendemos difícil y complejo y también lleno de obstáculos y trampas.
Seguro que todos y todas podemos acordarnos de alguna vez que nos han mentido y lo que eso ha supuesto para nosotros. Para las personas las mentiras más dolorosas son aquellas que ocurren en el marco de las relaciones afectivas.
Mentimos porque pensamos que si lo hacemos obtendremos alguna compensación o también porque así evitaremos un reproche o una sanción.
Cuando pensamos en relaciones de pareja hay que estar muy fuerte emocionalmente cuando descubrimos que el sueño en el que vivíamos solo era una pesadilla camuflada. Este tema también es muy frecuente en las consultas donde nos encontramos con personas que nos cuentan que es más dolorosa la mentira que el hecho en si que ha sido ocultado. Es en este momento donde la confianza en la otra persona se pierde y toca entonces reconstruir esa pérdida de confianza con todo lo que ello supone en el día a día. Los expertos dicen que este hecho es muy difícil de restaurar ya que insensibiliza a la persona que ha sufrido la mentira frente a estrategias que en otras ocasiones han resultado de utilidad. Es por ello que cuando el “mentiroso” promete un cambio a la persona le va a costar sanar la herida generada.
Las mentiras generan emociones negativas, principalmente ira y el impulso que motiva en ese momento es la venganza y castigar a quien nos ha mentido. La mentira también reduce nuestra capacidad cognitiva y como consecuencia puede dar lugar a un deterioro a nivel social.
También podemos decir que existen diferentes tipos de mentiras en función del objetivo: mentiras sociales, mentiras narcisistas, mentiras psicopáticas, mentiras para salvar la vida o mentiras de trabajo.
Siempre puedes pedir ayuda cuando no sepas como gestionar las mentiras porque están interfiriendo en tu bienestar y en tu día a día. En eidem podemos ayudarte.